Como os comenté en el post anterior, llevo unos días mala, pero eso no ha impedido que acuda a mis amadas y deseadas rebajas. El día siete, es decir, el primer día de las rebajas, me di un salto a ver si encontraba alguna cosita interesante. (Sí, yo fui de las que madrugó y se puso delante de la puerta de ZARA, a las 9:45)
Mi teoría es que el primer día de rebajas es el mejor, sobre todoo si le tienes echado el ojo a algo. Como las colas son eternas, lo mejor es ir tempranito y priorizar, es decir: el primer día de rebajas SOLO se puede ir a UNA tienda. Una vez decidida la tienda, te plantas a la hora de la apertura, ni un minuto más ni uno menos y entras dispuesta y con ganas. Si tienes que probarte algo, te da tiempo, pero tienes que ser rápida. Intenta ir a pagar lo antes posible. Seguramente habrás tenido que hacer cola, pero mínima. Para cuando hayas salido, el resto de tiendas ya estarán a rebozar y las colas serán eternas, así que lo mejor que puedes hacer es irte a casa y si tienes ganas de más, esperar al día siguiente y repetir la misma jugada.
Esto es lo que yo llevo haciendo desde hace un par de años, porque soy muy impaciente y las colas me desesperan. Además las tiendas en cuestión de una hora están hechas un desastre y encontrar talla o el par de un zapato es una odisea.
Por cierto, por ahora de estas rebajas he sacado unas botas y una camiseta gris oversize que no había visto antes en ninguna tienda. El siguiente objetivo es un abrigo negro pero aun no está rebajado... así que seguiré al acecho! ¿Qué tal vuestras rebajas?
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